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sábado, 16 de abril de 2011

¡MALDITAS GUERRAS! - XXV

Hoy Ferreres –que todos los días nos ofrece sus viñetas en el diario "El Público"– nos ofrece un nuevo motivo para guitar: ¡MALDITAS GUERRAS!


LOS WIDOW MAKERS - ¡Bendita sea la música!, ¡sí!,... ¡pero sin fronteras!



Anoche viernes asistí, en el Café La Palma, de Madrid, a un concierto de LOS WIDOW MAKERS, banda de rock integrada por Juan Luis Garro (guitarra acústica), Thomas Kortmann (Contrabajo), Denis Bruckert (guitarra eléctrica), Quique Sánchez (batería y percusiones) y Juan Carlos Esteban (Voz).

Juan Luis Garro.
Thomas Kortmann.
Denis Bruckert.
Quique Sánchez.
Juan Carlos Esteban.

A Juan Carlos Esteban –voz del grupo LOS WIDOW MAKERS y extraordinario dibujante– me una una entrañable amistad; le conocí a través de mi hijo Javier –autor del libro "Apacherías del Salvaje Oeste", ilustrado por Juan Carlos–; y suele ser un magnífico compañero con el comparto la asistencia a conciertos como el recientemente ofrecido por Fernando Lobo, presentando su nuevo disco en Libertad 8; el de Luis Pastor, cantando a Saramago con la Orquesta Athanor de Rivas Vaciamadrid; o el de Aute, en el Teatro Salamanca de Madrid.

Dicho esto, vuelvo sobre el concierto de anoche:



Fue un gran concierto; me gustó mucho; en él me empapé de muy buena música: del auténtico rock con solera, del bien hacer, y el bien tocar, de unos músicos extraordinarios, y del disfrutar, compartido, con un público fantástico...; y es que LOS WIDOW MAKERS son un grupo que se toma muy en serio su trabajo, que parten de una formación y de una experiencia musical muy sólidas, y, sobre todo, que aman la música con pasión y que tienen la capacidad de transmitirlo...; son cinco músicos que "cantan y tocan como quien respira".

"Capriola", ultimo CD del grupo "Los Widow Makers"
A la salida del concierto, me sentí especialmente relajado, Los Widow Makers había logrado hacerme una buena "limpia interior"...; decidí pasear un rato...; la noche era fantástica..., y durante el paseo me vino a la memoria el tema de debate que sostuvimos el pasado fin de semana en La Estación de Sevilla: 

Para mí. cada día es más "cateto" y más inútil el intento de ponerle etiquetas o fronteras a la música...; ¡bendita sea toda la música!..., por supuesto la buena música: la que emociona; la que es honesta; la que se sostiene sobre las raíces del sentimiento y la sensibilidad humana; la que moviliza por dentro y por fuera; la que te hace sentirte vivo y con ganas de viviv; la que te despierta la pasión, el deseo y las ganas de amar y de hacer el amor, la ternura... Y lo demás, de poco vale...; de poco valen los géneros, los estilos, las clasificaciones que son puras especulaciones..., "que si es esto o es lo otro"..., ¡que más da!... al final lo importante es la música...¡Bendita sea la buena música!... Eso sí: ¡Sin fronteras!.

Planteadas así las cosas, alguien podrá pensar que a esta alturas de mi vida he perdido el "criterio" –eso que tan "pomposamente" se llama "especialización"...("Lucini, especialista en cantautores")–; puede que sí, que haya perdido el criterio, y me alegro...; hoy en día, lo mismo gozo y me siento feliz escuchando en el Barrio Gótico de Barcelona a un violinista callejero interpretando un "adagio" de Maz Bruch, como dejándome seducir por las canciones de Ángela Biedma, emborrachándome de ritmo con Los Widow Makers, o sintiéndome atrapado por un bolero o un son del Trio Matamoros...; y es que "me gustan todas"..., me refiero, en este momento, a todas las músicas que tengan calidad, teniendo en cuenta, como siempre repito, que calidad, para mí, es sinónimo de "emoción"... 

Pues bien, para concluir, anoche Los Widow Makers me emocionaron.