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martes, 22 de marzo de 2011

¡BIEN FORGES!... ¡BIEN!... (Publicado en "El País" de hoy)

LUCÍA CARAMÉS Y LA FELIZ PERSECUCIÓN DE SU VOZ Y DE SU SENSIBILIDAD

Hace un par de semanas que la voz de Lucía Caramés me persigue insistentemente, circunstancia que me está proporcionando un enorme placer dada la sensibilidad y la belleza –personalísimas– que posee el canto de esta joven creadora madrileña

Esta persecución se inició hace unos meses cuando Moncho Otero me dió el disco de Lucía, titulado “La niña de la teta”–grabado en 2008–, y me sugirió que lo escuchara. (Lucía había colaborado con Moncho y con Rafa Mora en el disco "Viento de octubre" acompañándoles en la canción "Célibe" sobre un texto del poeta Jesús Hilario Tundidor nacido en Zamora).


Aunque de este disco hablaré un poco más tarde, he de decir, de entrada, que desde la primera vez que lo escuché logró “engancharme”; sobre todo su canción “Viento de menta” –dedicada a Camarón–, canción que, de vez en cuando, me sorprendo a mismo tarareándola: «Navegaré en un viento de menta y al sur de la tormenta mi voz se quebrará; para soñar prefiero un horizonte que esté cargao de monte, que esté cargao de mar».

Poco tiempo después, tan solo hace un par de semanas, Lucía Caramés reapareció en mi universo sonoro haciéndole coros a Alejandro Martínez en su magnífico espectáculo/disco dedicado al poeta Gil de Biedma –disco que comenté el pasado día catorce–. Lucía más que coros, en esa obra, se convierte en una segunda voz extraordinaria e imprescindible que –surgida como del subconsciente poético– refuerza y subraya la sensualidad, el erotismo y la vivacidad de la música de Alejandro y de los versos del poeta.

Lucía Caramés, en Barnasants 2010, durante la representación
del espectáculo "...Que te voy a enseñar un corazón infiel. Alejandro
Martínez canta a Jaime Gil de Biedma˝.
Pasaron unos días más, y el pasado día 16 me reencontré con Lucía Caramés en la grabación en directo del programa "Al caer el sol", de Radio Sol XXI, que realiza Víctor Afaro, todos los miércoles, en la sala Libertad 8 –magnífico programa que se emite los domingos a las 20 horas–.

El miércoles pasado el programa estaba dedicado a Luis Eduardo Aute, a quien Víctor le hizo una entrañable entrevista, y en el que intervinieron varios cantautores interpretando canciones de Luis Eduardo. Cuál sería mi sorpresa cuando Víctor anunció que Lucía iba a interpretar una de esas canciones –fue la primera vez que la he visto cantar en directo–. Lucía tomó su guitarra y se atrevió, nada más y nada menos, que a cantar "Toda una vida", canción muy característica de la obra, y de la personalidad poética y musical de Aute, que acaba de incorporar a su último álbum "Interperie".

¡Sorprendente!...; o mejor, ¡impresionante!... Lucía Caramés  interpretó la canción con una voz extraordinaria y, lo que es más importante, con una pasión desbordante...; fue un lujo escuchar a Lucía... ¡os lo aseguro!...; hasta el mismo Eduardo me comentó: «Ha logrado superarme a mi mismo».


Lucía Caramés interpretando "Toda uns vida", de Luis Eduardo Aute.
(Fotografía de Pablo González Abella)
Cuando regresé a mi casa, después de la grabación del programa de radio, volví a escuchar, una vez más el disco "La niña de la teta" (2008)...; aquella noche la persecución que venía haciéndome la voz de Lucía Caramés, se transformó en uno de esos encuentros con la sensibilidad y con la belleza en los que el silencio y la soledad se convierten en cómplices o aliados... «El cielo es un manto negro / cuajado de estrellas blancas / y de gotas de rocío / que va tejiendo la luna / con hilo blanco de plata»... «Esta noche la luz del alba / no la entierra nadie».


Y la "luz del alba" esa noche se llamó Lucía Caramés... Un ser humano del que uno se enamora casi sin quererlo –por que es muy bello– y once magníficas canciones en las que, como se simboliza en la ilustración de la contracubierta, Lucía nos permite compartir y acariciar, con ella, sentimientos y latidos propios, y de apasionantes personajes como "La chica pistolera" o "La niña de a teta"... «Hoy tengo ganas de amor y de besarte»...; «déjenme soñar un poquito más...; nada, no tengo nada...; me levanté por la mañana y ya me basta».

Por último, destacar la dirección musical y los arreglos de Mariano Losada, el magnífico diseño gráfico de todo el disco elaborado por Luis Orellana y la colaboración de Alejandro Martínez creador de la canción "Contigo" que cierra el disco.